Yasuní: el 'diamante' de la biodiversidad mundial

Ecuador apela a la sociedad civil para salvar el 'diamante' de la biodiversidad mundial

Fecha de Publicación: 05/10/2011
Fuente: EFE
País/Región: Ecuador


A unos 250 kilómetros al sureste de Quito, a medio camino entre el trópico de Cáncer y el de Capricornio, la Amazonía esconde el bosque con más biodiversidad del planeta. Para salvaguardarlo de la perforación petrolera, Ecuador apela a la colaboración de ciudadanos de todo el mundo con el proyecto Yasuní ITT (por los cuadrantes de exploración petrolera Ishpingo, Tiputini y Tambococha).
En una entrevista con EFEverde, coincidiendo con una visita a Madrid, la responsable de la Comisión Yasuní ITT, Ivonne Baki, explica las claves de esta iniciativa a través de la cual el Gobierno de Ecuador pide 3.600 millones de dólares para conservar la 'joya' más preciada de sus ecosistemas y no extraer los 846 millones de barriles de petróleo que yacen en su interior (20% de las reservas del país).

Pregunta: ¿Por qué hay que conservar Yasuní?
Respuesta: Porque su millón de hectáreas son el lugar de mayor biodiversidad del planeta. En la última glaciación el cambio climático no afectó allí y en Yasuní se refugiaron todas las especies, impidiendo que se convirtiera en una pradera como el resto de la Amazonía. En una hectárea de Yasuní hay más biodiversidad que en toda Canadá y Estados Unidos juntos, allí viven varias comunidades indígenas en aislamiento voluntario...

P: ¿Por qué no lo preservan directamente de la explotación petrolera?
R: Eso sería viable si Ecuador fuera un país que tuviera recursos para su pueblo, pero dependemos del petróleo, que es la principal fuente de ingresos, y no tenemos capacidad económica para dar el paso hacia un modelo renovable.

P: ¿Cuánto piden por conservar Yasuní?
R: 3.600 millones de dólares en los próximos 12 años, que es la mitad de lo que Ecuador hubiera ganado sacando el petróleo hace 4 años, cuando arrancó el proyecto. Hoy hubiera sido mucho más, unos 14.000 millones. Lo que pedimos es mínimo comparado con los daños que supondrían la emisión de las 410 millones de toneladas de CO2 que generaría el fuel de Yasuní. Y Ecuador es el que más pone, la mitad del total. Un esfuerzo grandísimo para el país.

P: ¿Cómo se gestionará el dinero?
R: Existe un fondo de fideicomiso gestionado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en el que hay representantes del Gobierno de Ecuador, comunidades indígenas, y de otros países como España o Italia. El dinero recaudado irá a proyectos de energías renovables, para que Ecuador abandone la dependencia de los combustibles fósiles, y a reforestación.

P: ¿Cuánto aporta España?
R: Ya ha aportado un millón y habrá otros 5 en los próximos 3 años.

P:¿Por qué cree que países comprometidos económicamente con el proyecto, como Alemania, se están echando atrás?
R: Porque quizá lo vean como un precedente negativo. Pero en Alemania existe muchísima presión de la sociedad civil y de los parlamentarios para que el Gobierno se comprometa con Yasuní. El apoyo de los jóvenes y de la sociedad civil a esta iniciativa es impresionante. En Francia se ha creado una grupo llamado "Viva Yasuní".

P: Para seguir adelante con el proyecto tienen como meta lograr 100 millones de euros antes de 2012. ¿Cómo va el contador?
R: Estamos en 60 millones, pero somos muy optimistas. Acabamos de abrirlo a la sociedad civil, sector empresarial, etc, y la respuesta ha sido muy positiva. La vicepresidente del Banco de Canadá en Estados Unidos nos ha donado su sueldo de un año (150.000 dólares).

P: ¿Qué pasará con las donaciones si finalmente acaban perforando en Yasuní?
R: Entregamos un certificado de garantía de retorno, si otro Gobierno decide explotar ese petróleo, se devolverá el dinero.

P: ¿Cuál es el 'plan B' del presiente de Ecuador si no consigue esos 100 millones?
R: Para Rafael Correa sólo hay plan A. El 31 de diciembre revisaremos la evolución de los aportes, y la Cumbre de la Tierra (Río+20), en 2012, será otro punto de inflexión para ver la reacción del mundo hacia esta iniciativa.

P: Si en este momento no se plantean explotar el petróleo de Yasuní, ¿De donde saldrán los barriles para alimentar la gran refinería que están construyendo en el Pacífico?
R: El petróleo es el primer ingreso de Ecuador, somos un país petrolero y no tenemos refinerías para obtener derivados, sólo una muy antigua que no funciona bien. Pero esa refinería no tiene nada que ver con una futura explotación en Yasuní. Tenemos petróleo suficiente para refinar sin recurrir al de Yasuní.

P: Hay voces críticas que apuntan a que Correa está haciendo un 'uso muy político' del Yasuní, como, por ejemplo, cuando anunció que destinaría al proyecto los 40 millones de dólares ganados en una demanda contra un periódico.
R: Le voy a responder con una expresión que dice que cuando la carroza va para delante, los perros tienen que ladrar. Esas críticas son por envidia y por hacer daño. Correa ha traído avances sociales que tendrían que haberse hecho antes.

P: Las petroleras llevan 50 años destrozando los recursos naturales de Ecuador, ¿Por qué han actuado tan tarde?
R: Esa es la gran pregunta. El primer artículo de nuestra nueva constitución dice que debemos preservar la tierra. Imagino que por falta de conocimiento y de comunicación sobre ese daño.

P: ¿Qué le parece que humildes comunidades locales hayan logrado una millonaria sanción a la petrolera Chevron por destruir la vida en la Amazonía ecuatoriana?
R: Excelente, increíble. Los daños sociales y las vidas que se ha cobrado esa contaminación son tremendos, y esos pozos siguen sin limpiarse. Ahora hay una conciencia ambiental diferente. Los jóvenes piensan diferente a la generación anterior y eso me hace ser optimista.

P: Usted ha sido ministra de Comercio Exterior, presidenta del Parlamento andino, embajadora en Estados Unidos... ¿Qué le ha llevado a implicarse en el proyecto Yasuní?
R: Crecí y críe a mis hijos entre bombas durante 18 años de guerra en Líbano -sus padres son libaneses- y eso me cambió la vida. Todo mi trabajo, primero como artista y ahora como diplomática, está orientado a conseguir la paz, y la paz sólo se consigue erradicando la pobreza, y siguiendo el camino del desarrollo sostenible. Yasuní representa eso.

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