Los verdaderos errores del IPCC

Los verdaderos errores del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático

Fecha de Publicación: 02/03/2010
Fuente: Eco Portal - Por Mario Cuéllar
País/Región: Internacional



El error sobre la desaparición de los glaciares del Himalaya y mucha desinformación por parte de los negacionistas climáticos no debe hacernos pensar que esto cuestiona la evolución del cambio climático antropogénico. Por el contrario, el mayor “error” del IPCC es haberse quedado corto en algunas previsiones y haber sucumbido a las presiones de algunos gobiernos y corporaciones.
A pesar de que mucha gente piense que el efecto invernadero es un descubrimiento reciente, la realidad es que fue descubierto por Fourier en 1824, que la capacidad de retener la radiación infrarroja por parte del CO2 y otros gases fue medida por Tyndall en 1859, que la sensibilidad climática fue computada por Arrhenius en 1896 y que desde 1950 los fundamentos científicos del cambio climático son bien conocidos. Por ello, la mayoría de los textos básicos educativos que se utilizan en colegios e institutos recogen la física básica de la atmósfera como recogen las leyes de Newton o de Faraday.
Los informes del IPCC muestran bastante bien el estado actual de la ciencia del clima y las proyecciones a futuro siempre se dan en base a probabilidades y no a cantidades absolutas. Sorprende que no se hayan dado cuenta de los errores comentados en las últimas fechas por el negacionismo desde 2007 (fecha en la que se publicó el informe de 2800 páginas del IPCC AR4): glaciares del Himalaya, peligro de la subida del nivel del mar en Holanda, producciones agrícolas en África, la tendencia de las pérdidas en desastres y la desaparición del Amazonas y más bien todo parece responder a una campaña orquestada que continua tras el hackeo de los correos de la Universidad de East Anglia. Todo ello, mezclado con noticias directamente falsas, manipulaciones de estudios científicos y acusaciones de fabricar “mentiras” como ha sido el caso del glaciar la Maladeta y nuestro lamentable error al confundir metros con milímetros.
De todo lo comentado, sólo el error del Himalaya fue cierto, se pidieron disculpas y se corrigió. Aunque como siempre, se puso el foco en el error obviando la perspectiva global y titulando en algunos casos que “era una predicción central del IPCC”, aunque esta predicción no aparecía en ningún Resumen para Políticos, ni en el Informe de Síntesis. El error del nivel del mar en Holana fue más bien un error del gobierno de Holanda que dio la información de que “el 55% de su territorio está por debajo del nivel del mar” cuando en realidad (fue corregido por el propio gobierno holandés) era el 29%. El negacionismo atribuyó el error al IPCC, cuando el gobierno holandés corrigió la información, ya no fue mostrada.
Sobre los cultivos y la perdida de productividad agrícola en África de hasta un 50% se tituló en el Sunday Times como “AfricaGate” porque el estudio fue realizado por un experto marroquí, Ali Agoumi y no estaba, según el periódico inglés, revisado por pares. Sin embargo, el estudio era un resumen de estudios técnicos e investigación realizado para la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y era una referencia del IPCC perfectamente legítima. De nuevo, se puso el foco donde interesaba obviando un estudio informaba de la posibilidad de reducir los efectos negativos del cambio climático en los cultivos mediante la adaptación (Benhin, 2006) y otro estudio (Thornton et al., 2006) decían que la situación podría mejorar bajo el cambio climático, por una combinación de subida de temperaturas y cambios en las lluvias en Mozambique y Etiopia.
Las tendencias en las pérdidas por desastres meteorológicos tenía detrás un estudio de Muir-Wood, aunque había una gráfica que el equipo autor del IPCC no compartía plenamente (lo que entra dentro del debate científico y no puede ser calificado como “error”) y la pérdida de la Amazonia por su sensibilidad a la sequía se basaron en la descontextualización de la información y en afirmar que, en el caso de la selva amazónica, la afirmación de que el 40% de ese territorio podría reaccionar drásticamente si hay una pequeña reducción de la precipitación venía de un estudio de la WWF, aunque se “olvidaron” de que este estudio venía de un artículo publicado en Nature en 1999 por Nepstad et al.
Un detalle muy importante en todo esto, es que el informe del IPCC tiene 18000 referencias en el AR4, la gran mayoría de estudios revisados por pares. Comentaba Libertad Digital que en ese informe “había 16 trabajos del WWF y 8 de Greenpeace” (1). Mejor no calculamos el porcentaje que eso supone en el informe del IPCC, no sea que al autor de esta noticia se le caiga la cara de vergüenza. La técnica es vieja y conocida. Soltar la basura informativa como el caso de Phil Jones, de villano manipulador (2) a héroe escéptico (3) en sólo unas semanas. Eso si, tergiversando sus palabras y sus trabajos (4) y cuando muestra que todo era correcto, (5) ocultándolo.
Lo que no se molestan en recordarnos los que retuercen los errores del IPCC son los datos en los que el último informe se ha quedado corto, como se mostraba en la “Diagnosis de Copenhague”. Estos son:

- El derretimiento estival del hielo marino del Ártico se ha acelerado, superando considerablemente los pronósticos de los modelos climáticos. La zona de derretimiento del hielo marino en 2007-2009 fue un 40% que la predicción promedio de los modelos climáticos del IPCC AR4.
- Los satélites muestras un aumento mundial del nivel del mar de (3,4 mm/año) en los últimos 15 años, del 80% por encima de las predicciones del IPCC. Este aumento concuerda con la duplicación de la contribución debida a la fundición de glaciares, casquetes polares y capa de hielo de la Antártida occidental.
- Hacia el año 2100, el nivel del mar promedio probablemente se eleve a por lo menos el doble de lo pronosticado por el IPCC AR4.
- Reiterando el tema de la Amazonía, elementos vulnerables como las capas de hielo continentales, la selva amazónica, los monzones de África Occidental podría ser forzados a un cambio abrupto e irreversible si el calentamiento continúa.

Con todo, lo más grave del IPCC fue pensar que las emisiones mundiales de dióxido de carbono y otros gases invernadero iban a estabilizarse y se sitúan ahora (a pesar de la crisis) bien por encima de las peores previsiones. En 2008, fueron de casi un 40% más altas que en 1990, lo que constata el fracaso del protocolo de Kyoto, las medidas voluntarias y los Mecanismos de Desarrollo Limpio. Con lo que ha aumentado considerablemente la probabilidad de llegar el aumento de 2ºC en la temperatura global. ¿Pudo haber presiones para emitir resultados más conservadores?
El hackeo de los correos de la Universidad de East Anglia y esta campaña de desinformación prueban que hay fuertes intereses de algunos estados y muchas corporaciones relacionadas con el petróleo y otros combustibles fósiles para evitar que haya acuerdos de reducción de emisiones de gases invernadero. Esto se consigue, creando la incertidumbre en la sociedad para que ésta piense que realmente no hay un problema y se desmovilice. Hemos visto lo que son capaces de hacer; un ataque coordinado a una universidad del que aún no se ha conseguido averiguar quienes han sido los autores y una intensa campaña de intoxicación informativa. Por lo que, ya podemos estar preparados a lo que deben estar organizando a medida que nos acerquemos a la cumbre de México. ¿De qué forma harán la guerra sucia? Volvamos a los libros básicos que explican la ciencia, pensemos en global y no nos dejemos envenenar con la información.

Referencia:
Este artículo es un resumen del aparecido en Realclimate: http://www.realclimate.org/index.php/archives/2010/02/ipcc-errors-facts-and-spin/
(1) http://www.libertaddigital.com/ciencia/el-informe-del-ipcc-cita-(...)
(2) http://www.libertaddigital.com/ciencia/el-watergate-climatico-(...)
(3) http://www.libertaddigital.com/ciencia/el-cientifico-investigado(...)
(4) http://www.libertaddigital.com/ciencia/los-calentologos(...)
(5) http://www.uea.ac.uk/mac/comm/media/press/CRUstatements/guardianstatement

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Intereses detrás del ataque a la ciencia climática

Fecha de Publicación: 02/03/2010
Fuente: La Nación
País/Región: Internacional

Artículo Publicado en La Nación
Por Jeffrey D. Sachs - Profesor de Economía y director del Earth Institute de la Universidad de Columbia

En las semanas previas y posteriores a la conferencia sobre cambio climático en Copenhague en diciembre, la ciencia del cambio climático sufrió ataques por parte de críticos que sostienen que los científicos han ocultado evidencias y que la ciencia tiene graves fallas. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, según sus siglas en inglés) ha sido acusado de parcialidad.
El público se siente desconcertado. Si los expertos no pueden ponerse de acuerdo respecto de la existencia de una crisis climática, ¿por qué debieran los gobiernos gastar miles de millones de dólares para enfrentarla?
Los críticos -que son pocos, pero agresivos- están utilizando tácticas que perfeccionaron más de 25 años. Han exagerado los desacuerdos científicos para detener las acciones dirigidas a controlar el cambio climático, y sectores con intereses como Exxon Mobil los financian.
Merchants of D oubt (Mercaderes de la duda), un nuevo libro de Naomi Oreskes y Erik Conway, que aparecerá a mediados de 2010, dará una versión autorizada de sus conductas tramposas. Los autores muestran que el grupo de malintencionados, que cuentan con una plataforma gracias a los ideólogos del libre mercado de The Wall Street Journal , ha tratado de confundir al público y desacreditar a los científicos cuya visión está ayudando a salvar al mundo del daño no intencional al medio ambiente.
Quienes llevan adelante la campaña contra las acciones para controlar el cambio climático tienen el apoyo de los mismos lobbies que tomaron partido por la industria del tabaco para desacreditar la ciencia que vinculó el hábito de fumar con el cáncer de pulmón. Más tarde combatieron las evidencias científicas de que el óxido de sulfuro de las usinas a carbón causaba la lluvia ácida. Luego, cuando se descubrió que ciertos productos químicos llamados CFC estaban causando la reducción de la capa de ozono en la atmósfera, los mismos grupos lanzaron campañas malévolas para desacreditar también esa ciencia.
El mismo grupo defendió más tarde a los gigantes del tabaco contra las acusaciones de que el humo de segunda mano causa cáncer y otras enfermedades. Y luego, a partir de la década de 1980, este mismo grupo se enfrentó a quienes batallan contra el cambio climático.
Aunque estos ataques contra la ciencia han estado equivocados por más de 30 años, siguen sembrando dudas sobre hechos reconocidos. Hay mucho dinero respaldando a los negadores del cambio climático, se trate de compañías que no quieren pagar el costo extra de aplicar nuevas normativas, o ideólogos del libre mercado opuestos a cualquier tipo de control estatal.
La última ronda de ataque incluye dos episodios. El primero fue el hackeo de un centro de investigaciones sobre el cambio climático en Inglaterra. Los correos electrónicos robados sugerían la falta de claridad en la presentación de algunos datos del clima. Cualesquiera que sean los detalles de este caso específico, los estudios en cuestión representan una fracción diminuta de las pruebas científicas abrumadoras que demuestran la realidad del cambio climático provocado por el hombre y la urgente necesidad de una respuesta.
El segundo asunto fue un error notorio respecto de los glaciares que apareció en un informe del IPCC. El IPCC edita miles de páginas de texto. Los errores muestran la inevitabilidad de las debilidades humanas y no fallas en la ciencia del clima.
Cuando salieron a la luz los correos electrónicos y el error del IPCC, editorialistas de The Wall Street Journal lanzaron una campaña que describía la ciencia del clima como un embuste. Sostuvieron que los científicos estaban fabricando evidencias para obtener subsidios para investigación, una acusación absurda. Pero entonces recordé que esta línea de ataque -acusar a los científicos de conspiración para llamar a los empresarios a rechazar la ciencia- fue casi idéntica a la utilizada por The Wall Street Journal y otros en el pasado cuando lucharon contra los controles sobre el tabaco, la lluvia ácida, la destrucción de la capa de ozono, el humo de segunda mano y otros contaminantes peligrosos.
La ciencia del cambio climático es una actividad intelectual maravillosa. Grandes mentes científicas a lo largo de muchas décadas aprendieron a "descifrar" la historia de la Tierra, para comprender cómo funciona el sistema del clima. Y el mensaje es claro: el uso a gran escala de petróleo, carbón y gas amenaza la biología y la química del planeta. Estamos alimentando cambios peligrosos en la química del clima y los océanos, provocando tormentas, sequías y otros eventos extremos que afectan la producción de alimentos y la calidad de vida en el planeta.
Necesitamos transformar urgentemente nuestros sistemas de energía, transporte, alimenticio, industrial y de construcción, para reducir el peligroso impacto humano sobre el clima. Es nuestra responsabilidad escuchar, entender el mensaje y actuar.

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