Biocombustibles generan más CO2 del que evita

Cultivar biocombustibles genera más CO2 del que evita

Fecha de Publicación: 10/10/2009
Fuente: Impre
País/Región: Internacional


Cultivar biocarburantes en tierras que antes han estado ocupadas por bosques o praderas genera muchas más emisiones de dióxido de carbono (CO2) que las que permite evitar la sustitución de hidrocarburos, según un estudio la Agencia del Medio Ambiente y del Control de la Energía de Francia (ADEME).
El balance en término de emisiones de CO2 puede ser “catastrófico”, de dos a cuatro veces más que con el recurso a los carburantes de origen fósil, sobre todo cuando se talan bosques tropicales para producir aceite de palma, indican los autores de este informe dedicado a la primera generación de biocombustibles.
La razón es que para obtener ese aceite de palma que se cultiva por ejemplo en Indonesia, no sólo se generan gases de efecto invernadero, sino que previamente se ha producido la deforestación de un arbolado que previamente contribuía a la absorción de CO2 y algo similar ocurre con las praderas.
Los autores de este estudio, que se ha hecho público con meses de retraso, han sometido a examen los principales biocarburantes comercializados en Francia para, al margen del citado impacto de la sustitución de suelos, establecer para cada uno de ellos el saldo de las emisiones si se compara con las generadas con hidrocarburos.
El resultado es que el etanol obtenido con caña de azúcar es el más eficiente en términos medioambientales, ya que genera un 90% menos de gases de efecto invernadero que la gasolina. Su elaboración, además, moviliza en torno al 80% de la energía que proporciona.
El bioetanol de maíz, de trigo y de remolacha, así como el biodiesel de colza y de soja presentan un balance correcto, con una reducción de emisiones en torno al 60-80% respecto a los combustibles fósiles que sustituyen y un ahorro energético en su elaboración entre el 50% y el 80%.
Sin embargo, el ETBE, un etanol obtenido de la remolacha, el trigo o el maíz representa ganancias energéticas de apenas un 20%, por debajo de los requerimientos europeos.
De acuerdo con la directiva europea sobre las energías renovables, para poder ser compatibilizado como útil en términos medioambientales, un biocarburante deberá representar una reducción de CO2 del 35% en 2010 y del 50% en 2013.
El informe salió a la luz pública un día después de que el Gobierno francés anunciara un plan impulsado por la propia ADEME para el desarrollo de biocombustibles de segunda generación en el horizonte de 2015.
Este plan BioTfuel, de un monto de 112 millones de euros, contempla la construcción de dos plantas -una de ellas con el apoyo de la petrolera Total- con el objetivo de producir de 200.000 a 300.000 litros de los nuevos carburantes en la fase industrial.

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